PORTAL DE TURISMO DE VELILLA DE SAN ANTONIO

Velilla de San Antonio se encuentra a tan sólo 15 kilómetros de Madrid capital, en plena Vega del Jarama, en la que es, sin duda, una de las zonas más importantes de observación de fauna y flora de la región, el Parque Regional del Sureste. Un auténtico paraíso para la fauna, y muy especialmente para las aves.

Y es que las lagunas de Velilla de San Antonio representan uno de esos curiosos secretos que todavía se guarda Madrid.

 

 

LAS LAGUNAS DE VELILLA

¡Descúbrelas a través de rutas de senderismo, en bicicleta o con rutas a caballo!

Las lagunas de El Soto, El Raso, El Picón de los Conejos y Miralrío están ubicadas junto al Jarama. Originadas por la actividad minera -extracción de áridos-, están catalogadas como humedales protegidos y en época de migración aquí se puede disfrutar de un auténtico espectáculo de la Naturaleza.

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SU ORIGEN

Durante la década de los 70, la expansión urbanística hizo que las compañías mineras buscaran zonas de extracción de gravas y arenas cercanas a grandes poblaciones y vías de comunicación. Lo que no se esperaban era que al sobrepasar el nivel freático al excavar el suelo para extraer materiales, el agua existente en el subsuelo aflorara formando lagunas artificiales que antes no existían. Cuando las extracción de áridos finalizó, la zona fue recolonizada por la vegetación y la fauna formando un nuevo ecosistema lleno de vida.

 

¿QUIÉN VIVE AQUÍ?

Las lagunas de Velilla están habitadas por una compleja comunidad de organismos vivos. Un auténtico paraíso creado por la Naturaleza tras el paso del ser humano en el que ahora encuentran refugio y alimento una amplia variedad de invertebrados, peces, anfibios, reptiles, mamíferos, y una gran variedad de aves que hacen de estas 60 hectáreas uno de los pulmones del Parque Regional del Sureste.

 

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Las aves zancudas, como las garzas o cigüeñas, son, con sus largas patas, las reinas de las lagunas. Pueden pescar mientras caminan en las zonas menos profundas, mientras que los patos nadadores, como el ánade real, el ánade friso o el pato cuchara se encargan del alimento que hay en la superficie. Y es que en el mundo de las aves, las hay incluso buceadoras, como los porrones, los zampullines, somormujos o cormoranes que pueden sumergir todo su cuerpo y conseguir alimento de las zonas más profundas. Las lagunas de Velilla son un referente de turismo ornitológico en la región con zonas de avistamiento repartidas por su extensión.

 

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Los peces son uno de los grupos más representativos de la fauna acuática de las lagunas, y la mayoría son de carácter alóctono, es decir, no originarios de la península ibérica. Algunos, como la carpa, el percasol, el siluro o el pez gato han sido introducidos en las lagunas para la práctica deportiva de la pesca, la cual solo está permitida en la laguna de El Raso; mientras que otros como el barbo son autóctonos y se pueden encontrar en el propio río Jarama.

 

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Sin duda, la nutria es uno de los vecinos más buscados de las lagunas. Aunque su población estuvo a un paso de desaparecer, actualmente, la colonia de nutrias goza de buena salud y es posible verlas zambulléndose en el agua. También, se pueden avistar zorros, jabalíes, roedores o jinetas, así como "invasores" de la talla del mapache o el visón americano. Entre los anfibios destacan la rana verde o el sapo corredor y entre los reptiles podemos encontrar la culebra viperina, gran nadadora, el galápago leproso y el galápago de Florida, este último de carácter exótico e invasor.

 

FLORA

El soto de ribera de las lagunas constituye la zona arbórea más relevante, y no sólo por su diversidad, sino también porque posee una importante función como corredor ecológico, permitiendo desplazarse a muchas especies, además de proporcionarles refugio y alimento.

Sauces, fresnos, alisos, chopos, olmos, tarays, etc., acompañados de arbustos como zarzamoras, majuelos o rosales silvestres, llenan los márgenes de la laguna y del río Jarama, junto con vegetación palustre adaptada a condiciones de inundación, como cañas, carrizos y eneas, en cuyo interior encuentran refugio numerosas especies.

Dentro del municipio y a falta de realizar un inventario más detallado de esta riqueza,  destacan 2 árboles singulares, un taray (Tamarix gallica) y una acacia de tres puas (Gletditisia triacanthos), además de una formación arbórea compuesta por olivos (Olea europaea) de indudable belleza.

La descripción de cada uno de estos árboles y de las formación de olivos puedes encontrarla pinchando en el nombre de cada uno de ellos.