La Concejalía de Cultura recupera el auditorio como espacio creativo
El Auditorio de Velilla fue el escenario elegido por la Cía Dragones en el Andamio para el estreno el pasado 1 de diciembre, de su nueva obra “Tratado de culinaria para mujeres tristes”.
Desde la Concejalía de Cultura se está promoviendo y fomentando la creación escénica, a través de la recuperación de estas instalaciones como espacio creativo, para dar cabida a las compañías que solicitan nuestro teatro para sus montajes.
En esta ocasión ha sido la Cía Dragones en el Andamio, pilotada por Marisol Rozo, la que ensayó en el Auditorio desde el día 27 de noviembre, hasta su estreno el día 1 de diciembre.
Crítica Tratado de culinaria para mujeres tristes
Un carrito de cocina, un baúl, tres artistas livianos, un violonchelo, unas luces tenues, y todo preparado para ofrecer un gran banquete. La obra Tratado de culinaria para mujeres tristes interpretada por la compañía Dragones en el Andamio , hizo su estreno en el centro Cultural Auditorio Mariana Pineda de Velilla de San Antonio, sin opulencias, donde los afectos impregnan los cuerpos, pero sin engolamientos, donde la tristeza y la alegría se unen en una marea colorida, pero sin melodramas.
Digamos que la simplicidad, el equilibrio, AY! el tiempo que pasa, los recuerdos, la comida se prepara con esmero y ya está, dándose de la mano con la música, la danza, el movimiento y la palabra en un entrecruzar sosegado, vibrante, casi entusiasta; la gracia y la sonrisa. Hay que vivir como se quiere y hacer de la necesidad, virtud.
Una actriz que danza, un bailarín que canta, un músico que recita, y todos, al unísono, preparan una tortilla de patatas que dan a gustar al público diciéndoles, entre bocado y bocado, que se vive como se come, que se vive como se escucha, que se vive como se ama.
Pues bien, una puesta en escena sencilla y penetrante; unos protagonistas doctos en su interpretación, un ritmo acompasado. Una obra de arte que no se paga con dinero. Lo mejor, la receta de las lentejas: a fuego lento, que no queden aguadas, sino con cuerpo y un sofrito de pimentón y harina antes de acabar para darles alma. Amor y humor para vivir, la receta de esta creación teatral que resiste el paso del tiempo.
Un espectador, sin más
J.C Ventero